Abril de 2009.
Dejo aquí un breve análisis que escribí en el mes de abril. Acerca de la obra de José Luis Maldonado Díaz.
Se supone entrevistaría a un artista quien presenta su exposición individual en el centro de las artes titulada “Post cartografías en universos fragmentados”.
Pero decidí inclinarme por una plática ya que sinceramente me parece más rico y por que el seguir medios protocolarios me resulta un tanto aburrido.
José Luis Díaz. Persona, error personaje y es que así me pareció. Nacido en Santa Bárbara, Chihuahua en 1974. Un hombre interesante, inteligente que ha venido trabajando por largo rato en este proyecto bastante sólido. Como bien ha dicho el señor Granados.-
Este escrito se presenta como un análisis breve en tanto persona-obra.
Ahora empezaré yo por desglosar algunos puntos importantes de la conversación, que sin duda lograrán una conexión con su obra.
La defensa intensa de la palabra artista, asegurando que un artista hace arte y que la palabra no debería ser desvalorada (yo agrego) por la “virtud” innegablemente estúpida a la que hoy en día se le relaciona y somete.
Recordemos que arte es un asunto de nombre; así mismo artista. Por lo que en él no se puede negar.
Precisamente esta parte me pareció sumamente importante, ya que me hace entender en tanto determinación y convicción de él, como persona, como personaje e inclusive me atrevería a decir como figura.
Me gusta que se la cree…apoyo esa idea fielmente. ¿Por que si uno no lo hace, entonces quien más lo hará?
Agregando claro que dichas menciones se trasladan directamente a piezas, por lo que recibe el nombre de arte, recordando que como dice José Luis Díaz:- “Un artista, hace arte.”
El gran cuidado que tiene para con su trabajo en tanto elaboración conceptual y como obra de arte. Cuida impresionantemente los detalles de manera casi obsesiva, bueno en realidad obsesivamente y encuentro el reflejo perfecto en sus piezas (y de las cuales hablaré más adelante), en su vida y en la sustracción que hace de las cosas.
La interdisciplina y la multidisciplina que presenta. Algunos dicen que no de manera tácita, hoy yo por el contrario me atrevo a decir que la hay. Ya que considero este se da desde las conexiones, las personas con las que se relaciona dentro y fuera del medio, el dijo:-“…Tal vez eso me hace hacer lo que hago…” acompañado de una risa descaradamente atinada.
Pienso entonces en Ernesto Gore al mencionar que: la obra de arte no es creación ajena; sino creación a partir de la experiencia del mundo.
Seguramente José Luis se nutre de empatías, de amistades, de compromisos individuales, coincidencias estéticas, etc. Que dan como resultado una sólida producción.
Ese ir y ver, ese subir y bajar (o su contrario) esta tan adherido a su modo de vida, yo no puedo ver la separación de arte-vida, eso le hace hacer lo que hace.
No cerrarse, no ser tan lineales lo que incluye su gran capacidad de asombro.
Inevitable hablar de contactos en tanto sistema, son indiscutiblemente buenos…pero sin permitir el estancamiento, por que sin duda hay quienes se quedan, se quedan y se quedarán. Una válida-valiosa advertencia.
Algo que admito me gusta mucho es su manera de trabajo, no la conozco directamente pero la plática parece deslindar dichos aspectos. Sé que cuenta con su estudio, pero también encuentra esas áreas de oportunidad en lugares como el baño, el avión y cualquier espacio (pude ver). Otra vez percibo que este es su modo de vida.
Entonces me parece que todo aquello relacionado a trabajos, proyectos, y vida lo hace por que lo hace, por que quiere, por antojo, por juego, por necesidad.
Oto asunto al que considero importante, es la marca tácita en el desarrollo de su contexto (implicación del espacio-tiempo.) y que sin duda también se refleja firmemente en las piezas presentadas en el centro de las artes.
La intromisión hacia elementos políticos, a vidas de terceros y su no enajenación a todo lo que acontece a su alrededor, todos esos elementos aunados. Esas inquietudes, esas ganas de explorar, de seguir, ese hacer, hacer y hacer me parecen importantísimas y vitales para su creación.
Este proceso de contracción explicito en sus piezas, esta simple idea de interrumpir el flujo usual de las cosas, y proporcionarle otras dimensiones de sentido a un objeto ya dado, ampliando considerablemente el campo de la acción, me hace recordar a lo que Marcel Duchamp mencionó –Es este un tiempo de completar las cosas. Es una Época de fragmentos”.
Proponiendo así, como escribe el curador “un espacio de convergencia momentánea entre la inmovilidad y el desplazamiento”.
Se apropia del mundo, provocándolo, interpelándolo, reduciéndolo, extendiéndolo e inclusive fragmentándolo. Para dejar así una borrosa e inclusive dudosa línea del espacio, del tiempo. Confundir los límites
…“Se trata pues, de un ejercicio mediante el cual José Luis Díaz nos hace participes de esa vorágine que significa estar atentos a, por ejemplo, el cada vez inminente “redescubrimiento del Big Bang”…escribe Marco Granados.
Como dijo Wolff: En la producción de toda obra de arte están implicadas muchas personas, muchos factores sociológicos e ideológicos y los lectores son parte activa en la creación de la producción y que sin duda nos abre la puerta a una profunda introspección personal.
Sus piezas bastan para interrumpir el curso determinado usualmente modificándolas y ponerlos nuevamente en una gran circulación de otro tipo, con otros alcances. Desarrollando una divergente capacidad de significados.
Una exposición que no pasa desapercibida y que “abordan asuntos como la geografía, el sentido de las cosas, las leyes de la física y sobre todo la conducta humana”.
Es el un artista joven con prácticamente poco tiempo (ocho años haciendo esto, según señala.) se ha colocado de manera firme, desea mantenerse, pero sobre todo esta decidido e ir más allá.
Y es que este texto no fue hecho con el afán de echarle todas las flores, pero que si bien deben señalarse los aspectos positivos de un desarrollo de trabajo que esta muy bien dirigido.
Maely Obregón.
